2020 puso a todos a prueba. Tuvimos que apretar los dientes por el dolor, la pérdida, la falta de libertad. Ha sido un año que nos ha visto desconcertados, lo que nos ha obligado a repensar nuestra vida y nuestros sueños.
Repensar nuestro FUTURO.
Tanto en el trabajo como en la vida privada, nuestros hábitos han cambiado inevitablemente. Nuestras creencias fueron barridas de un golpe de mano y, para resistir el desmoronamiento del mundo que nos rodea, apelamos a todo el optimismo y la fortaleza que el ser humano es capaz de generar.
¡Debo decir que a pesar de todo lo hicimos! Personalmente me considero un hombre afortunado por tener a mi lado a profesionales, mujeres y hombres, tan valientes y decididos: ¡tú fuiste mi fuerza!
Te agradezco cada día por tenerte en mi camino con la sonrisa y determinación que son el alma y corazón de mi negocio como emprendedor.
Gracias por poder demostrar la flexibilidad necesaria para el cambio cuando toda esperanza parecía perdida.
Les agradezco todos los éxitos que hemos logrado en 2020, mirando cada obstáculo como si fuera un paso que nos lleva más alto y no como un impedimento con el que tropezar.
En este año de crisis global, quería terminar de escribir y publicar mi primer libro – Cosmética Humanística – para dar voz a las palabras y su poder salvador, para arrojar luz sobre la necesidad de la reflexión a través de la lectura. El «objeto libro» es un tesoro de ideas capaces de poner en movimiento pensamientos y, en algunos casos, de cambiar el mundo.
¡Yo lo creo! Tal como creen los niños, con los ojos muy abiertos, llenos de imaginación y esperanza.
Escribir Cosmética Humanística fue un gran desafío para mí, pero también un estímulo para predicar con el ejemplo y motivarme consolidando experiencias pasadas y mirando al futuro con claridad y objetividad. Creo que cualquiera que crea que su pensamiento puede mejorar la vida inevitablemente pone en marcha un mecanismo que conduce en una dirección evolutiva. Por supuesto, con la conciencia de asumir riesgos. Pero eso es lo que hace que la vida sea interesante. En cada instante de nuestro viaje tenemos un pie en el cuento de hadas y el otro en el abismo. El secreto está en la fe en nosotros mismos, nuestros ideales y nuestros compañeros de viaje.
Cuando enfrentamos nuestros miedos y tenemos el coraje de aceptarlos, de comprender que la vida no es solo un guión para jugar pasivamente sino una oportunidad para contribuir activamente, entonces descubrimos nuevas fortalezas y nuevas energías para amarnos y amarnos. El amor por nosotros mismos es el primer acto de altruismo.
También creo que los momentos de fragilidad son básicamente una oportunidad imperdible de crecimiento y maduración de la propia identidad.
En este período, el valor que percibí más en peligro en comparación con mi forma de sentir fue la dignidad, la condición humana que más ennoblece a la persona y su naturaleza, en cualquier condición que atraviese. Lo vi desvanecerse en los ojos desconcertados de muchas personas y luego reaparecer en los gestos donativos de solidaridad. Lo escuché resonar en mi mente como un mantra, una necesidad por la que luchar, que todos necesitamos y que debemos difundir y defender. En un mundo regido por el miedo y la mentira, formado por hombres dispuestos a traicionar y degradar lo que les rodea, la dignidad resuena como exigencia del ser, como guardia del mundo interior y, en consecuencia, como expresión ética y estética. .
El valor de la dignidad ha sido una fuente de inspiración para la creación de una nueva línea de productos cosméticos dedicados al cuidado del cabello y el cuerpo: DIGNITYTM es su nombre. Propone un modelo de belleza avanzado en el que la persona está siempre en el centro, protagonista de un verdadero camino de conciencia y educación estética, inteligente en el cuidado de uno mismo, a través de rituales, meditación, fragancias y colores que estimulan la relajación, texturas sensoriales en donde la liberación lenta de los principios activos está sintonizada con los ritmos de los ciclos circadianos. Todo en una nueva armonía que regenera la mente, el cuerpo y el alma. Un verdadero prodigio de la investigación transdisciplinar más avanzada.
Debo decir que gracias a las numerosas actividades que hemos realizado en este período en apoyo a los más vulnerables – los huéspedes mayores de los asilos de ancianos, mujeres discriminadas y víctimas de violencia, niños desfavorecidos, niños maltratados – pude tocar los problemas aún más de cerca y el sufrimiento de muchas personas, agravado por la pandemia, y he decidido invertir concretamente en proyectos que ayuden a defender la dignidad de todo ser humano en tiempos de dificultad.
Quiero animar a todos los que se sienten perdidos, sin futuro y llenos de miedos a salir de la inmovilidad. Debemos comprometernos a no perder la brújula e iluminar el camino en los días oscuros de quienes no lo logran.
Creo que el verdadero emprendedor es un hombre o una mujer en camino hacia un «sueño». Un rebelde capaz de involucrarse con pasión y con los medios disponibles para cambiar la realidad, romper patrones establecidos y crear mejores. Un visionario pragmático.
Les deseo a todos un 2021 de salud, esperanza y coraje en el corazón, conciencia y seguridad en ustedes mismos, y sobre todo amor, porque sin amor una vida no vale la pena vivirla.
¡Feliz año nuevo!